Cuando me
invade el deseo, pienso en ti, y me imagino lo que estaría haciéndote en ese
momento... No tienes ni la más remota idea de todo lo que me imagino contigo y
entonces el deseo crece más y más en mi interior...
Mi saliva vestirá
tu piel desnuda;
Mis manos
dibujarán como un Da´Vinci tu cuerpo delineando paso a paso con la punta de mis
dedos y más tarde con mi húmeda lengua;
Mis caderas
bailarán en su fiesta privada con las tuyas y un solo gemido brotará de tu
garganta y de la mía... Y el deseo sigue creciendo, ahora tu piel como un
abrigo cubrirá la mía y otra vez tu lengua será el cincel de mi tibio cuerpo y
de nuevo llegaremos al jardín del deseo... Y esta vez nuestro gemido
estremecerá a la tierra y despertará el instinto más primitivo de los
vecinos...
Así es mi
deseo por ti;
No tienes ni
la más remota idea de todo lo que pasa por mi mente cuando el deseo por ti,
crece dentro de mí...
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