Deja
que recite un verso
desgranado
en la memoria
para
contar mil historias
de
noches inolvidables.
Las
luces en la distancia,
un
instante que es eterno
mirando
unos libros viejos
con
el nombre de mi madre.
¡Qué
dulzura presentirte
en
medio de la penumbra!
como
esa canción de cuna
que
tanto me susurraste.
La
noche nos ha llegado,
solo
el silencio me abraza
y la
oscuridad ingrata
se
ilumina al evocarte.
Entona
una poesía
tu
voz en la madrugada.
Aquí
estás, en mi ventana,
llenando
mis soledades.
(Emilia
Marcano Quijada)
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