Rimar
es una forma de hablar como si fuera
el
último arriesgarse sin importar lo mucho
que
drenen los espacios, los dedos en el suelo
al
transcribir completa la fe de las palabras.
Ha
de enfrentar molinos quien por vivir escribe
sin
más emolumento que el lápiz en la mano,
sin
premios, sin estigmas, sin otro testaferro
que
no sea el fiel amigo que siempre nos saluda.
No
yace más historia de la que ha sido escrita
sobre
el reflejo vago que cela mis mañanas.
No
busco más fortuna, ni cofre del tesoro
que
no esté sepultado debajo de mis versos.
(Emilia
Marcano Quijada)
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