Todo queda en nada
y en vez de huir
seguimos con la nada
como dosis de mantenimiento.
Miedo a la soledad,
a ser demasiado vulnerable,
a no sentir caricias,
a no tener a nadie.
Sobredosis de autoestima
vicenciada psicomotricidad,
mentes libres no pensantes,
vivir… como prioridad.
A veces poco es mucho…
(Ana)
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