Volaré más lejos que
la imaginación, iré hasta
donde nadie haya sido capaz de volar, hacia el
horizonte. Donde el cielo se junta con el mar, en
esa fina línea que a simple vista se les confunde.
Donde los barcos son apenas un punto que
poder distinguir en la lejanía y las nubes altas son vellones de
algodón.
Sí,
llegaré hasta ese lugar privilegiado, donde se
cruzan los caminos, los corazones y las almas. Donde se
albergan todos los besos que no se han llegado a
dar, los abrazos huérfanos, las caricias que un
día perecieron a falta de cuerpos donde albergarlas.
Empapándome de ellas, me haré un vestido, con
pespuntes de besos, bolsillos de abrazos y volantes de
caricias. Bañaré mi cuerpo bajo la luna, te soñaré y
susurrándote al oído, te diré: “Oye el jadeo que en tu
cuello se aloja… luz o tinieblas? que tu alma escoja”
Escogerás mi jadeo… escogeré tu cuello… y seremos uno.
(Ana)
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