Cuando la ira me visita,
los temores se despliegan
y las rabias se amontonan.
Obstáculos que hacen aflorar
las debilidades de mi alma
y las necesidades frustradas.
Transformando minuciosamente
mi persona, en animal salvaje
pecado capital de los católicos.
Solicito la expiación…
(Ana)
No hay comentarios:
Publicar un comentario