sábado, 21 de septiembre de 2013

Si cierras fuerte los ojos, puedes apreciar aquello que a simple vista no ves…



Volaré más lejos que la imaginación, iré hasta donde nadie haya sido capaz de volar, hacia el horizonte. Donde el cielo se junta con el mar, en esa fina línea que a simple vista se les confunde. Donde los barcos son apenas un punto que poder distinguir en la lejanía y las nubes altas son vellones de algodón.

Sí, llegaré hasta ese lugar privilegiado, donde se cruzan los caminos, los corazones y las almas. Donde se albergan todos los besos que no se han llegado a dar, los abrazos huérfanos, las caricias que un día perecieron a falta de cuerpos donde albergarlas. Empapándome de ellas, me haré un vestido, con pespuntes de besos, bolsillos de abrazos y volantes de caricias. Bañaré mi cuerpo bajo la luna, te soñaré y susurrándote al oído, te diré: “Oye el jadeo que en tu cuello se aloja… luz o tinieblas? que tu alma escoja”  Escogerás mi jadeo… escogeré tu cuello… y seremos uno.

(Ana)


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