lunes, 9 de septiembre de 2013

No te dejes llevar por la tristeza, ni dejes que tus pensamientos te atormenten. Un corazón alegre es la vida del hombre, y la alegría le alarga la vida. Sosiega tu espíritu, y consuela tu corazón; aleja de ti la tristeza, porque la tristeza ha perdido a muchos, y ningún provecho se saca de ella. La envidia y la ira abrevian los días, y las preocupaciones hacen envejecer antes de tiempo. El corazón radiante tiene buen apetito: le aprovecha todo lo que come. (Eclesiástico 30, 21-25)


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