viernes, 26 de julio de 2013

La lluvia y yo.



El cielo abrió su cauce desbordado
preludio de las noches tan umbrías
la lluvia está sentándose a mi lado
y comienza a escribirme poesías.

Recuerdo que un lucero iluminaba
cuando la lluvia y yo nos conocimos
y como desde niña me bañaba
y como tiernamente nos quisimos.

Mi madre me llamaba dando palmas
"Cuidado, ven, que puedes enfermarte"
tú te ibas a bañar las negras almas
mientras yo entraba a casa en un instante.

La que moja mi vida de alegría
la lluvia que investigan tantos sabios
tu inundas de color mis noches frías
y dejas tu presencia entre mis labios.

Tú corres como sangre por mis venas
eres del corazón el fiel reverso
tú llegas susurrándome tus penas
y yo voy escribiéndolas en verso.

(Emilia Marcano Quijada)



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