Hoy
no importan los años, ni la vida.
Has
detenido mágicamente el tiempo
entre
un puñado rebelde de nostalgias.
Si
hasta presiento tus pasos resonando
en
lo profundo de mi conciencia.
Hoy
vienes tejiendo misterios,
derrochando
dulces miradas.
Tus
ojos asoman tímidamente entre
el
torbellino de emociones que es mi alma
la
revuelven, la amontonan, la seducen,
la
enamoran fielmente.
Y
los miles de te quiero dichos en silencio
estallan
en un grito desesperado
porque
ya no importa, amor, quien escuche,
quien
mire, quien sepa, quien juzgue.
Solo
estamos tú y yo.
Y
jamás sueltes las cadenas
con
las que nos hemos unido,
no
te vayas sin mí, espérame.
No
quiero saber lo frágil que es vivir
sin
tus besos, tus caricias.
No
quiero un cielo sin tus soles,
ni
un mar sin tus orillas, no quiero sangrar
sin
tus heridas, ni llorar sin tus lágrimas.
Ya
no respires sin respirarme,
no
sientas sin mi dulce tacto,
no
mires sin mi perdida mirada,
ya
no vivas sin tenerme a tu lado
no
puedo estar lejos sin velar por tus sueños.
Hoy
quiero ser, por fin, una presencia.
Y
nada ha cambiado. Y ha cambiado todo.
Mi
imagen se rompe dulcemente entre tus manos.
mis
ojos que segados por el destello de los tuyos
miran
sin ver y ven sin mirar nada,
y
tal vez no creas mis simples palabras,
quizás
no creas que estás, siempre, eterno.
Y
sin embargo estás, de cierto modo.
Y
existes sin saber cómo.
Como
decir que creo en ti, de pronto,
porque
siempre has estado.
Te
quiero mucho…
(Autor
Desconocido)
No hay comentarios:
Publicar un comentario