miércoles, 17 de diciembre de 2014

No importan…



Hoy no importan los años, ni la vida.
Has detenido mágicamente el tiempo
entre un puñado rebelde de nostalgias.
Si hasta presiento tus pasos resonando
en lo profundo de mi conciencia.
Hoy vienes tejiendo misterios,
derrochando dulces miradas.
Tus ojos asoman tímidamente entre
el torbellino de emociones que es mi alma
la revuelven, la amontonan, la seducen,
la enamoran fielmente.
Y los miles de te quiero dichos en silencio
estallan en un grito desesperado
porque ya no importa, amor, quien escuche,
quien mire, quien sepa, quien juzgue.
Solo estamos tú y yo.
Y jamás sueltes las cadenas
con las que nos hemos unido,
no te vayas sin mí, espérame.
No quiero saber lo frágil que es vivir
sin tus besos, tus caricias.
No quiero un cielo sin tus soles,
ni un mar sin tus orillas, no quiero sangrar
sin tus heridas, ni llorar sin tus lágrimas.
Ya no respires sin respirarme,
no sientas sin mi dulce tacto,
no mires sin mi perdida mirada,
ya no vivas sin tenerme a tu lado
no puedo estar lejos sin velar por tus sueños.
Hoy quiero ser, por fin, una presencia.
Y nada ha cambiado. Y ha cambiado todo.
Mi imagen se rompe dulcemente entre tus manos.
mis ojos que segados por el destello de los tuyos
miran sin ver y ven sin mirar nada,
y tal vez no creas mis simples palabras,
quizás no creas que estás, siempre, eterno.
Y sin embargo estás, de cierto modo.
Y existes sin saber cómo.
Como decir que creo en ti, de pronto,
porque siempre has estado.
Te quiero mucho…

(Autor Desconocido)

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