sábado, 21 de junio de 2014

Al Poetizarte.



Y escucho tu voz como melodías de arpas
en una historia mágica;
tus labios de diosa apasionada
desbordan rigor con sólo una palabra;
a tus hechizados ojos en los laureles a la hora del té;
caminando por tu cuerpo,
sacias las ansias de querer;
en tus principios,
un beso prolongado no es sinónimo de placer
pero tu cabello lacio como el amanecer,
revela una rosa en mi desértica mirada.

En mi empeño brillas como un rubí;
tu suavidad endulza mi rígida posición
y hace falta menos que una de tus sonrisas
para revivir de nuevo.
Inexplicable naciste,
el esquema paradisíaco de tus mejillas
o el aroma exquisito de tu perfume.
Saltan mis sentimientos hacia ti
y con tu belleza prendes las luces
que dejan de iluminar en la tristeza de tu ausencia
mi corazón palpita al ritmo de tus pasos.

Bendigo tus esquivos dedos
en el apogeo de caricias
y llegas a mí cual luz al día
para satisfacer mi desvelo.
Escasas las palabras
y tu rostro levita en mi mente.
Seduces el ambiente en el que habito
con tus miradas extrovertidas
haciéndome vivir tu experiencia
en una cápsula de amor:
“Estarás en el cofre de mi corazón
hasta que la muerte decida raptarlo”.

(Autor Desconocido)

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