jueves, 31 de marzo de 2016

No lo sé, pero tengo la sensación de que una despedida habla siempre con las miradas juntas. Aunque sea impreciso determinar a quién le duele más la herida, termino pensando que la mía es mucho más dolorosa que la tuya, pero en fin, así son las despedidas y está claro que yo no aprendí a hacerlo. (José Ma. Garrido)


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