miércoles, 1 de octubre de 2014

Aún te espero.



Aún te espero en la banca del metro.
Aún conservo las fotografías de Milán y París,
como negarte que te espero
si mis labios están secos y la piel añeja.
Aún te espero, sin dejar que el viento se olvide de mí
y la lluvia toque mis manos solitarias.
Aún te espero, a pesar de la prisa
de la gente en la estación,
a pesar que un perro fiel me acompaña.
Aún te espero, sin pensar como serás
y sin pensar como llegarás.
Aún te espero, sin hablar con nadie
y sin preguntar por ti.
Aún te espero, a pesar que mi corazón
late con menos intensidad
y la sangre ya no llegue hacia él.
Aún te espero, con unos ojos que no ven
y unos oídos que no oyen.
Aún te espero, a pesar que la hija
de la muerte me amenaza.
Aún te espero, porque tengo aliento
y porque aún respiro.

(Autor Desconocido)

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