domingo, 19 de enero de 2014

Uno



Morir y resurgir...
lo he vivido en mi carne,
caminar en la oscuridad
y después, poder ver la luz,
también lo he presenciado;
lava ardiente por mis venas sentí,
pero de las cenizas un nuevo
hombre de mi se ha formado,
y aprendí mucho sobre la vida
y sus vueltas.

En infinidad de veces,
creí tocar el cielo
y "ver el amor",
pero esos acontecimientos
que antes me hicieron feliz,
con el tiempo me quisieron destruir,
hasta que abrí los ojos,
y cuando el velo de la ilusión
dejo de ser una muralla indestructible,
no me costo ningún trabajo encontrarte.

Allí, en el sitio donde duermen
y vuelan los ángeles,
tu mirada me penetro,
tus caricias me cubrieron
como una capa,
tu perfume se convirtió
en mi cielo y mis estrellas,
y tu aliento fue para mí
el aire que me permitía vivir.

Luego, tu fuego se licuo en el mío,
quedando como resultado
un verdadero y único amor,
y de tu cuerpo salió la luz
que me permitía
desde caminar hasta hablar.

Cayo la noche,
el cielo estaba totalmente
lleno de estrellas;
una estrella fugaz,
una briza suave,
una simple mirada,
y sellamos nuestro Amor
con algo más que un beso...

Innombrables palabras....
Inmemorables recuerdos....
Imposible fue querer escribir
esos momentos,
porque un acto de Amor
va mas allá de una definición,
y nuestra vida está hecha
de momentos como esos,
que no necesitan palabras,
porque son solo hechos
y causas de una sola razón:
así como vuela el pájaro,
así también nada el pez,
una sola semilla nace
de igual manera
que una enorme ballena,
y de la misma manera
en que yo nací,
tu también naciste,
porque solo somos uno.

(Autor Desconocido)

No hay comentarios:

Publicar un comentario