Hoy me di
cuenta que lo que llamo felicidad no es una línea, sino segmentos que se
acompañan de retos y caídas que me hacen apreciar ese pedacito en la línea.
No puedo
decir que soy feliz siempre, pero sí que en momentos he logrado sentirme plena
y esos momentos son los que me hacen levantarme tras las dificultades, tras
esos segmentos de infelicidad que también son imprescindibles, tanto como lo
bello de la vida.
Hoy
aprendí que ser fuerte se aprende y se logra solo cuando te das la oportunidad
de serlo, cuando te comprometes contigo mismo a recomenzar, a olvidar, a
intentar o dejar de hacerlo, cuando por fin has decidido ser feliz.
Somos dos
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