Puedo
no alcanzar ni la sombra de la ilusión,
pueden
las veredas cerrarse en las tinieblas
y
mis ojos perdidos en lo oscuro de la noche...
Puedo
no ver ni mi propio paso,
puede
hasta que el cansancio me caiga
en
el final de las huellas de mis pasos,
pero
no puede jamás apagarse la luz
de
lo que siento en el que soy
mientras
en mí el alma siente
lo
que el corazón puede amar...
Amar a todo en las ilusiones del alma,
porque
de todas ellas ya son mis pasos,
y ¿Qué
otros pasos daría yo sin ellas
siendo
el camino toda la ilusión?...
¿Qué
sueño tendría yo de tener
para
ilusionar mi corazón?...
(Orlando Faias)
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