miércoles, 3 de julio de 2013

Aquel a quien yo llamo.



Contigo aprendí que la vida
se puede ver de muchos colores,
e incluso llegar a tener mil amores,
pero contigo aprendí que no se
necesita un amor para amar,
suficiente con alguien a quien
yo pueda “amigo” llamar.

Contigo aprendí que el pasado no cuenta
cuando contigo comparto el presente,
sabiendo que el futuro traerá
lo que el pasado no pudo traerte.

Contigo sentí lo que es ser querido por lo ajeno,
lo que es sentir ese amor tan ameno
que esos pequeños detallitos nunca se olvidan,
y que son con esos los que el amor
y la amistad se profundizan.

Hay amores que matan,
y celos que asesinan,
y hay obsesiones que nunca terminan;
pero nunca hay ese sentir sano,
que nos hace sentir queridos humanos;
ese que te hace pensar,
que dondequiera que estés,
aquel te echara siempre la mano.

Aquel que con amor promete
recorrer aun el mundo entero por tenerte
aun más veces a su lado…

Más que en aquel,
aquel a quien yo llamo:
mi amigo verdadero
mi sol, mi luz
y mi sendero.



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